RESUCITAR MISIONERO

Termina la Semana Santa, llena de pasión y devoción para muchas personas, días de mirar el Rostro de Cristo y reflexionar sobre dónde y cómo, hoy, casi sin darnos cuenta, crucificamos una vez más a Cristo desde nuestro individualismo, el egocentrismo, la falta de educación y las malas maneras, la critica cruel,… fruto en muchos casos de una sociedad competitiva donde todos tenemos “la preferencia y el derecho”.

Nosotros queremos mirar más que a la cruz, a la Resurrección, porque la misión te enseña que en medio de la más absoluta miseria, en medio de los montones de basura mal oliente, rodeados de cientos de miles de moscas, los chamberitos y chamberitas no pierden su esperanza de sobrevivir cada día, de compartir con sus familias los “grandes tesoros” fruto de una dura jornada de rebusca. Allá, donde ni las autoridades se quieren hacer presentes están los misioneros y misioneras, compartiendo sus vidas, acompañando sus procesos, intentando junto a ellos transformar su realidad. Y esto es Resurrección.

El rostro de Cristo en la pobreza suele tener rasgos de mujer, madre, niña, anciana; trabajando desde siempre, lavando, cocinando, cultivando, sanando, educando, pariendo,… siendo siempre fortaleza y luz en esa oscuridad de no tener nada y no poder nada. Vida, pero VIDA con mayúsculas, pues en ellas el Amor se convierte siempre en sacramento de Vida. Y con ellas, en sus organizaciones, en lugares remotos e impensables, caminando de la mano encontramos misioneras dando lo mejor de sus vidas por amor a quienes las necesitan.

Y Resucita tras los rostros churretosos de los niños y niñas del Sur, en sus pies descalzos, dañados y curtidos de cicatrices, en esos grandes ojos que hablan en silencio, que miran con curiosidad, que escuchan desde sus miedos y resucitas también en esa sonrisa sincera que dejas brotar a pesar del dolor, del hambre, de la desnutrición.

Sí, no está de moda ni en Semana Santa, pero desde Nuestra Misión vivimos en comunión con una Iglesia Misionera, qué ama por encima de todas las cosas, que no lleva cuentas y perdona siempre, que quiere lavar los pies del prójimo, que es samaritana y acoge y atiende compartiendo todo lo que tiene, que predica con el ejemplo, que no cree en las normas ni los sermones sino en el trabajo compartido, en el esfuerzo comunitario, en el morir a nosotros mismos para que nazca el Amor de Dios.

Resucita Dios en nuestros corazones cuando atendemos y escuchamos a los sin techo, cuando acogemos e integramos a los inmigrantes, si protegemos y queremos a los niños y niñas en situación de riesgo, si visitamos y animamos a las personas privadas de libertad, si evitamos la soledad, escuchamos y comprendemos a nuestros ancianos y ancianas, si damos aliento y cariño a las personas enfermas u hospitalizadas, … cuando compartimos desde el corazón lo más profundo de nuestro ser y de nuestras seguridades.

Desde estas líneas os deseamos una feliz pascua de resurrección y os animamos a dar pequeños pasos que nos acerquen a estas realidades misioneras cercanas y lejanas.

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7 respuestas a RESUCITAR MISIONERO

  1. Lourdes dijo:

    Preciosa reflexión llena de esperanza en Jesucristo resucitado.
    Feliz Pascua para vosotros. Un beso grande a toda la familia

  2. Miguel López Torres dijo:

    Gracias Anita y Antonio por tan reales reflexiones, sólo los que les conocemos y hemos visto directamente vuestro trabajo acá en Ecuador y concretamente en los sitios por donde pasaron como MISIONEROS, podemos dar testimonio de vuestra entrega hasta más no poder. Que Dios les bendiga siempre y que su accionar no decaiga.
    Un abrazo fuerte a través de esta ventana.
    Miguel López Torres y Familia.

  3. maria katherine alava pazmi;o dijo:

    precioso…….se los quiere…feliz pascuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa..

  4. Luigi dijo:

    Muchas gracias Ana y Antonio por compartir esta reflexión con nosotros, se los quiere y extraña mucho en Ecuador.

  5. José J. Romero Rodríguez dijo:

    Gracias, Antonio, gracias Ana, por vuestro testimonio. Un abrazo y que Dios os bendiga

  6. Esteban y Pepita dijo:

    Gracias amigos por estar a nuestro lado y recordarnos siempre que debemos andar con los ojos bien abiertos para echar una mano a los hermanos que estan padeciendo mucho mas que nosotros. Un Beso.

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